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‘El cielo es azul, la tierra blanca’, de Hiromi Kawakami: una conmovedora historia de amor

El cielo es azul, la tierra blanca es una de las obras más celebradas de la increíble escritora japonesa Hiromi Kawakami, por no decir la que más. En esta imprescindible novela se narra la historia de amor entre Tsukiko y su antiguo profesor de universidad, al que llamará «maestro». Me resulta muy difícil catalogar este libro dentro de la etiqueta «novela romántica», puesto que es algo que va mucho más allá; como trae ya escrito en la portada, es una historia de amor, pero no tiene por qué ser necesariamente romántico. Personalmente, nunca fui muy fan de la narrativa rosa, siempre defino dichas lecturas como «sobredosis de azúcar», pero este caso es algo muy distinto: es un tipo de amor que se va formando a fuego lento entre casualidades y silencios.

Se desarrolla de una manera pausada, sin adelantar ningún acontecimiento. Tsukiko y el maestro entablan una amistad que nace en base a unos gustos gastronómicos similares; a partir de este punto, la comida y la bebida tendrán un papel muy importante a lo largo de toda la historia. Desde el primer momento se nos muestra a dos personajes solitarios que anhelan, aunque de manera silenciosa, la compañía de alguien. Kawakami une sus caminos con un lenguaje muy suave que transmite sensaciones muy variopintas: desde alegría y amor hasta nostalgia y tristeza. 

Está narrado en pasado desde el punto de vista de Tsukiko y de manera no lineal, como si quisiesen mostrarnos solo las partes más bonitas e importantes de su historia para que algo se mueva dentro de nosotros. A través de sus diálogos escuetos y simples se dejan entrever ciertos sentimientos escondidos que nos atrapan. Valorando lo que he leído, entiendo que a algunas personas les pueda parecer una novela lenta, que nos tiene esperando más de medio libro para ver lo que queremos ver desde el inicio, pero este no es mi caso. El cielo es azul, la tierra blanca se esfuma en un abrir y cerrar de ojos, como si de un relámpago se tratase, y luego no queda más que nostalgia y melancolía. «Qué bien está escrito», piensas una vez finalizada la lectura.

Una vez terminado y cerrado este libro no pude evitar sentirme vacía; después de todos los sentimientos bonitos que me ha brindado esta lectura, terminas añorando la historia de dos desconocidos que sin querer hiciste tuya. Es una novela que recomendaría a todo el mundo, para que entre algún que otro haiku y algún que otro vaso de sake conozcan una de las historias de amor más bonitas que yo haya leído: una historia de amor mutuo.

Lo único que me llamó la atención desde el primer momento, fue su voz. No era muy grave, pero tenía un matiz profundo y vibrante. Al oír aquella voz, me fijé en el hombre del que procedía.

El cielo es azul, la tierra blanca. Hiromi Kawakami

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